El lunes volvimos ya del crucero y aún no se me ha pasado el síndrome post-crucero. Quiero volver a hacer uno ya!!!
Lo hemos pasado fenomenal y hemos tenido tiempo para descansar, para disfrutar juntos y por separado y para visitar lugares de ensueño.
De todo lo que he visto me quedo con dos cosas:
1. El paso por el canal de Venecia
2. Dubronick, en Croacia. Un lugar lleno de encanto al que espero volver para ver un anochecer y un amanecer y para recorrer tranquilamente las calles de allí.

Allí conocí a Paco, un señor entrado ya en edad y que era encantador. Viudo como yo y con el que congenié desde el primer momento (por cierto Paco, si me lees escríbeme un correo electrónico que perdí tu tarjeta de visita y no he podido escribirte a la vuelta), eso hizo que el viaje fuera más encantador. También influyó que no iban las mandarinas colgadas de mi vestido con la cantinela «y cómprame y cómprame» jejeje.
Tuvimos también la suerte de coincidir en la mesa de cena con una pareja encantadora de Marchena, Sevilla, Luisa y Ezequiel, con los que compartimos buenos momentos y buena comida porque realmente la comida del barco era espectacular.
Ya estoy planeando dónde será el siguiente crucero porque ha sido el primero que hemos hecho pero tengo claro que no será el último 😀
Al crucero me llevé lectura ligera, un libro que me recomendó leer Dani, el marido de mi amiga Pilar, «maldito karma» totalmente recomendada su lectura. Es de esos libros que terminas y durante un par de días los personajes siguen dando vueltas por tu cabeza. Y desde que lo leí estoy intentando acumular buen karma para no llevarme ingratas sorpresas cuando me reencarme.
También me llevé un sombrero que me compré el día antes de salir de viaje. Me encantó cuando lo ví y me lo compré aunque supuse que no me lo pondría porque no sé por qué me da vergüenza usar sombrero. Telita la tontería… Suerte que a Elena le encantó el sombrero y me dejó hacerle una foto con él ;D
Venía con ganas de aporrear el teclado, jejeje, anda que no me he enrollado ni ná…
Os paso la receta y cómo la he preparado. La receta la he sacado del libro «Muffins, magdalenas y otros pastelitos» de la editorial Parragon.
Ingredientes:
225gr. de harina;
25gr. de cacao en polvo (valor);
2 cucharaditas y media de levadura en polvo;
100gr. de pepitas de chocolate negro;
100gr. de pepitas de chocolate blanco;
2 huevos grandes batidos;
300ml, de nata agria*;
85gr. de azúcar moreno;
85gr. de mantequilla derretida
* La nata agria la preparo con nata y una cucharada de zumo de limón 😉
Preparación:
1. Echar en el vaso de la thermomix la harina, el cacao en polvo y la levadura y tamizar a velocidad progresiva 5-10 durante 10 segundos
2. Añadir las pepitas de chocolate negro y chocolate blanco y programar velocidad 4, 15 segundos. Reservar.
3.  Añadir en el vaso sin lavar el huevo, la nata, el azúcar y la mantequilla derretida y mezclar 1 minuto a velocidad 3 y medio.
4. Añadir los ingredientes secos y programar 1 minuto a velocidad 4. Terminar de mezclar bien con la espátula.
5. Volcar la masa en una manga pastelera y dejar reposar en el frigorífico.
6. Precalentamos el horno a 200º
7. Repartimos la masa en las cápsulas de papel que previamente hemos colocado sobre un molde múltiple para muffins.
8. Hornear 10 minutos con calor sólo por abajo y otros 10 minutos con calor arriba y abajo.
9. Dejar enfriar y degustar
Mamá, estás segura de que me las he comido yo?

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